jueves, 27 de noviembre de 2008

La blanca más negra de Bahía

La creadora de "O canto da cidade" vuelve a la Argentina después de siete años de ausencia para presentar en vivo —esta noche, en el Teatro Gran Rex— su álbum de 2005, "Balé mulato".

Por: Gaspar Zimerman

Hace quince años, O canto da cidade sonó hasta el empalago; ahora, en el hall del hotel, todos quedan paralizados ante esas botas de taco aguja, esa minifalda de jean, ese escote, esa exposición de bijouterie andante, pero nadie sabe quién es esa mujer. A Daniela Mercury no le preocupa el anonimato; tampoco que le pregunten qué fue de su vida después del boom. Es pura sonrisa: "Ya tengo doce discos y cuatro DVDs". Quién lo diría.

La desconexión es con la Argentina: en Brasil sigue siendo una estrella y sale de gira constantemente por Europa y los Estados Unidos. Pero aquí no cantaba desde el 2001. "No conseguí buenos contratos", explica. En estos años estuvo experimentando: mezcló el axé y el samba reggae, los ritmos con los que estaba más identificada, con la electrónica. A esa línea responden dos de sus últimos discos, Sou de Qualquer Lugar (2001) y Carnaval EletrÉnico (2004). "Un año —cuenta en un portuñol crocante— desfilé en el carnaval bahiano con djs. Yo iba vestida como una futurista loca, una superheroína a lo Barbarella. El pueblo me miraba como a una extraña; no se movía. Mi manager decía ¡vas a terminar con tu carrera!. Y yo me reía. Hay que arriesgar. Cuando tenemos imaginación, todo es bueno: el sexo, el arte, la vida. Si repetimos lo que ya está hecho, nada tiene sabor. Ahora en Carnaval toca Fatboy Slim, y a todos les encanta".

Con Balé Mulato (Ballet mulato), el disco que viene a presentar, abandonó la electrónica: "Necesitaba volver a mi sonoridad anterior: es como lo que hacía en los '90, pero con un poco más de rock". El título resume la esencia de Mercury, que se inició en danza afro a los 8 años y bastante después, a los 13, empezó a cantar. "Yo canto para bailar. Todo pasa primero por mi cuerpo, para luego volverse mental: pasé toda mi vida intentando traducir lo que dice mi cuerpo". ¿Y lo de mulato? "Una vez, cuando empezaba, me invitaron a la Fiesta de la Belleza Negra. Y la gente no se movía conmigo. Entonces paré y les dije que también era bahiana, y canté una canción yoruba. Entonces me pusieron el apodo de la blanca más negra de Bahía. Soy una de las cantantes más cercanas a la cultura afro de Salvador".

Jura que ama el tango: "Piazzolla me emociona profundamente". También menciona a Gotan Project, Fito Páez y Kevin Johansen. Y cita a Björk y Annie Lennox como ejemplos a seguir. Cuando le decimos que su música pareciera estar en las antípodas, su aura de simpatía se mantiene inalterable. "Yo me volví comercial sin querer", cuenta con la sonrisa aún blanca y radiante. "Y me parece que es algo bueno de mantener, aunque no sea mi objetivo principal. Ser comercial es conseguir un diálogo inmediato con el público, pero nadie sabe cómo se logra eso. Yo no hago nada previsible. Una vez discutí mucho con el editor de un diario brasileño, que decía que quería hacer una discográfica con artistas que no vendieran. Pero si no venden es porque son malos. O porque son muy extraños, y entonces tenés que encontrar una manera de venderlos. Si no, ¿cómo vas a sobrevivir?". -

Fuente: El Clarín


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1 comentario:

Carlos dijo...

Que buen blog, te invito al mío, http://carlossalv.blogspot.com/
me gustaría ubicar una de sus fotos.

Saludos