La creadora de "O canto da cidade" vuelve a la Argentina después de siete años de ausencia para presentar en vivo —esta noche, en el Teatro Gran Rex— su álbum de 2005, "Balé mulato".
Hace quince años, O canto da cidade sonó hasta el empalago; ahora, en el hall del hotel, todos quedan paralizados ante esas botas de taco aguja, esa minifalda de jean, ese escote, esa exposición de bijouterie andante, pero nadie sabe quién es esa mujer. A Daniela Mercury no le preocupa el anonimato; tampoco que le pregunten qué fue de su vida después del boom. Es pura sonrisa: "Ya tengo doce discos y cuatro DVDs". Quién lo diría.
La desconexión es con la Argentina: en Brasil sigue siendo una estrella y sale de gira constantemente por Europa y los Estados Unidos. Pero aquí no cantaba desde el 2001. "No conseguí buenos contratos", explica. En estos años estuvo experimentando: mezcló el axé y el samba reggae, los ritmos con los que estaba más identificada, con la electrónica. A esa línea responden dos de sus últimos discos, Sou de Qualquer Lugar (2001) y Carnaval EletrÉnico (2004). "Un año —cuenta en un portuñol crocante— desfilé en el carnaval bahiano con djs. Yo iba vestida como una futurista loca, una superheroína a lo Barbarella. El pueblo me miraba como a una extraña; no se movía. Mi manager decía ¡vas a terminar con tu carrera!. Y yo me reía. Hay que arriesgar. Cuando tenemos imaginación, todo es bueno: el sexo, el arte, la vida. Si repetimos lo que ya está hecho, nada tiene sabor. Ahora en Carnaval toca Fatboy Slim, y a todos les encanta".
Con Balé Mulato (Ballet mulato), el disco que viene a presentar, abandonó la electrónica: "Necesitaba volver a mi sonoridad anterior: es como lo que hacía en los '90, pero con un poco más de rock". El título resume la esencia de Mercury, que se inició en danza afro a los 8 años y bastante después, a los 13, empezó a cantar. "Yo canto para bailar. Todo pasa primero por mi cuerpo, para luego volverse mental: pasé
Jura que ama el tango: "Piazzolla me emociona profundamente". También menciona a Gotan Project, Fito Páez y Kevin Johansen. Y cita a Björk y Annie Lennox como ejemplos a seguir. Cuando le decimos que su
Fuente: El Clarín
1 comentario:
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Saludos
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